El libro de la risa y el olvido

El hombre, aunque es mortal, no es capaz de imaginarse ni el fin del espacio, ni el fin del tiempo, ni el fin de la historia, ni el fin de la nación, vive constantemente en un infinito aparente.
Las personas que están fascinadas por la idea del progreso no advierten que todo camino hacia adelante es al mismo tiempo un camino hacia el fin y en las alegres consignas avancemos, adelante, suena la voz lasciva de la muerte que nos seduce para que nos demos prisa.
(Si hoy la obsesión de la palabra adelante se ha generalizado ¿no es ante todo porque la muerte nos habla ya desde muy cerca?)

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