Gödel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle

Tortuga: Y hay algo muy dramático en esos pocos momentos de silencio suspendidos entre el preludio y la fuga - ese momento donde el tema de la fuga está por sonar en tonos sucesivos, que se unen luego a sí mismos en complejos niveles siempre crecientes de misteriosa y exquisita armonía.

Aquiles: Sé precisamente a qué se refiere. Hay tantos preludios y fugas que no he llegado a conocer aún y para mí ese momentáneo interludio de silencio es muy excitante; es un momento muy fugaz en que intento anticipar al viejo Bach. Por ejemplo, siempre me pregunto cuál será el tiempo de la fuga: ¿allegro o adagio? ¿Será 6/8 o 4/4? ¿Tendrá tres voces o cinco -o cuatro? Y entonces, comienza la primera voz... Es un momento tan exquisito.

Cangrejo: Ah, sí, recuerdo bien esos lejanos días de mi juventud, esos días en que me estremecía con cada nuevo preludio y fuga, lleno de excitación por su novedad y belleza y las muchas sorpresas inesperadas que ocultan.

Aquiles: ¿Y ahora? ¿Se ha ido ya todo ese estremecimiento?

Cangrejo: Ha sido suplantado por la familiaridad, como siempre lo será. Pero en esa familiaridad también hay una especie de profundidad que tiene sus propias compensaciones. Por ejemplo, encuentro que siempre hay nuevas sorpresas que no había notado antes.

Aquiles: ¿Incidencias del tema que había pasado por alto?

Cangrejo: Quizás - especialmente cuando está invertido y escondido entre varias otras voces, o cuando parece venir irrumpiendo de las profundidades, desde la nada. Pero hay también modulaciones asombrosas que es maravilloso escuchar una y otra vez, y preguntarse cómo el Viejo Bach las pudo concebir.

Aquiles: Me alegra oír que aún haya algo que buscar, después de haber tenido ya el primer torrente de apasionamiento con el Clavecín Bien Temperado - aunque también me entristece que esta etapa no pueda durar para siempre.

Cangrejo: Oh, no tiene por qué temer, ya que su apasionamiento no morirá del todo. Una de las cosas agradables acerca de esa especie de estremecimiento juvenil es que siempre puede ser resucitado, justo cuando Ud. pensaba que estaba finalmente muerto. Sólo necesita de la clase correcta de desencadenamiento.

Aquiles: Oh, ¿realmente? ¿Así como qué?

Cangrejo: Así como escucharlo con los oídos, por así decirlo, de alguien para quien es una experiencia totalmente nueva - alguien como Ud. Aquiles. De alguna manera la excitación se transmite y puedo sentirme estremecido nuevamente.

Aquiles: Qué intrigante. El estremecimiento ha permanecido dormido en alguna parte dentro suyo, pero es incapaz de hallarlo por sí mismo en su subconciente.

Cangrejo: Exactamente. El potencial para revivir el estremecimiento está "codificado", de alguna manera desconocida, en la estructura del cerebro, pero no tengo el poder para excitarlo a voluntad; tengo que esperar la circunstancia fortuita para desencadenarlo.

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