Ojo por ojo

Obstinado en conseguir el Premio Nobel de microbiología, un viejo científico se dio a la tarea de observar a través de microscopio todos los detalles de la vida de un microbio.
    Más tarde el científico se enteró de que, mirando hacia arriba y observándolo a él, tanto aprendió el microbio, que ganó sin gran esfuerzo entre su raza el premio mundial de oftalmología.
    El viejo científico nunca llegó a Nobel. Murió de envidia cuando observó en el microscopio la ceremonia y la premiación de su “objeto de investigación”.

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