Los desposeídos

 De no haber tenido la profunda certeza de que era posible volver (aún cuando no fuese él quien volviera), y de que en verdad, como en un periplo al rededor del globo, el retorno estaba implícito en la naturaleza misma del viaje, tal vez nunca se hubiera embarcado en esa larga aventura. Nunca navegarás dos veces por el mismo río, ni volverás jamás al mismo punto de partida. Shevek lo sabía bien, ese principio era la base de su concepción del mundo. Más aún, a partir de él, del reconocimiento de la transitoriedad de todas las cosas, había desarrollado una vasta teoría según la cual la eternidad se manifiesta plenamente en aquello que más cambia, y tu relación con el río, y la relación del río contigo y consigo mismo es más compleja y menos inquietante que una mera carencia de identidad. Puedes volver al punto de partida, postula la Teoría Temporal General, siempre y cuando comprendas que el punto de partida es un lugar en el que nunca has estado.

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