Gödel, Escher, Bach: un Eterno y Grácil Bucle (II)

¡Es un concepto maravilloso! Propone que, cuando tratemos de comprender la naturaleza, observemos los fenómenos como si fuesen mensajes que deben ser comprendidos. Con la advertencia de que todos los mensajes parecerán casuales hasta que establezcamos un código para leerlos. Este código adopta la forma de una abstracción, esto es, optamos por ignorar ciertas cosas a causa de que no son pertinentes, y en consecuencia seleccionamos en parte el contenido del mensaje mediante una elección libre. Tales señales no significativas constituyen el "ruido de fondo" que limita la precisión de nuestro mensaje.
Ahora bien, como el código no es absoluto, puede haber diversos mensajes en la materia prima de los datos, por lo cual, cambiando el código, surgirá un mensaje de significación igualmente profunda desde algo que antes no era sino ruido, y a la inversa: en un nuevo código, un mensaje anterior puede carecer de significación.
Así, un código presupone una libre elección entre aspectos diferentes y complementarios, cada uno de los cuales tienen un idéntico reclamo de realidad, si es que puedo utilizar esta dudosa palabra. Algunos de esos aspectos pueden sernos completamente desconocidos ahora, pero tal vez se revelen a un observador que aplique un sistema diferente de abstracciones.
Pero dígame, Salviati, ¿Cómo podemos entonces sostener que hacemos algún descubrimiento acerca del mundo real objetivo? ¿No será que tan sólo estamos creando cosas de acuerdo a nuestras propias imágenes, y que la realidad está únicamente dentro de nosotros mismos?

Comentarios

Entradas populares